Nací el 17 de julio de 1921 en Budapest, Hungría, en una familia de judíos asimilados. En esa época los judíos éramos respetados, disfrutábamos la libertad y teníamos todos nuestros derechos.
Mi familia
Mi padre murió cuando yo tenía 6 años. Fue un reconocido poeta y me dejó una linda tradición, por eso empecé a escribir poesías y a mis 13 años comencé un diario hasta el día de mi muerte. Fui criada por mi madre Catherine. Mi hermano y yo fuimos a un colegio privado donde aceptaban tanto judíos como católicos. Como éramos judíos debíamos pagar doble arancel mensual. Fui una estudiante destacada y me eligieron para dirigir la sociedad literaria. Pero debido al crecimiento del antisemitismo me lo prohibieron. Por este motivo me ofrecieron convertirme en cristiana o seguir siendo judía. Opté por el sionismo. Fue una decisión que cambió toda mi vida.
Mis estudios
A los diecisiete años empecé a estudiar hebreo, tuve como instructor a Imre Benoschofsky, rabino de Buda, y me uní a Maccabea, la más antigua
organización estudiantil sionista de Hungría. En esa época escribí lo siguiente en mi diario:
“Me he hecho sionista. Esta palabra implica muchísimas cosas. Para mí significa, en resumen, que ahora siento, consciente y fuertemente, que soy judía, y estoy orgullosa de ello. Mi primer objetivo es ir a Palestina, trabajar por ella. Está claro que esto no se ha dado de un día para otro; ha sido un proceso gradual.”
Al finalizar la escuela yo veía que la emigración a Palestina era la única solución para los judíos. Con el convencimiento de que la agricultura sería más útil que la poesía, decidí viajar a Palestina, y me establecí en Nahalal para iniciar mis estudios. Ahí fue donde me uní a un kibutz.
Entonces escribí en mi diario:
“Estoy en Nahalal, en Palestina. Estoy en casa... Aquí es donde la ambición de mi vida incluso podría decir mi vocación- me tiene ligada; porque me gustaría sentir que al estar aquí estoy cumpliendo una misión, no sólo vegetando. Aquí casi cualquier vida es el cumplimiento de una misión.”
Mi misión…
Decidí regresar a Hungría y me alisté en el ejército británico. Después de unos años empecé a entrenarme para ser paracaidista. Cuando finalizamos el entrenamiento en El Cairo, fuimos con mis compañeros de Palestina por tres meses con los partisanos a Tito.
Me ofrecí para salvar a los judíos que estaban bajo opresión nazi, en Europa. Estos judíos estaban siendo preparados para su deportación. Fui una de las treinta y siete personas que quedamos para salvarlos. Me capturaron rápidamente por un transmisor de radio que tenía. Me llevaron a Szombathely, me torturaron, me metieron en una cárcel, me amenazaron con matar a mi madre, y aun así no revelé el código de radio y otros detalles de mi misión.
Luego de cinco años me llevaron a juicio y me hallaron culpable. Fui ejecutada en un pelotón de fusilamiento por los alemanes, con los ojos abiertos, ya que quería ver los ojos de los ejecutores, junto a siete compañeros míos
Mi diario
Como ya mencione antes, mi diario lo empecé a los 13 años y lo seguí hasta el día de mi muerte. Allí escribí mis pensamientos y también mis poemas y cartas.
Yo tenía 23 años el día que escribí la última parte de mi diario.
Mi diario termina: "Esta semana viajo a Egipto, enrolada, un soldado... Quiero creer que hice y que voy a hacer lo correcto. En cuanto al resto, sólo el tiempo dirá".
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